Arte sanador

Los beneficios de la expresión creativa

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Cuando era pequeña, pasa horas pintando y creando en cartulinas grandes, diseños y formas que en mi mente no hacían ningún sentido. Creaba y pintaba simplemente porque me hacían sentir bien. Esa pasión por expresarme creativamente, me ayudó a sobrellevar momentos difíciles a lo largo de mi vida. Soy fiel creyente en los beneficios que la expresión creativa tiene en los seres humanos.

Cuando creamos libremente, nos recolectamos con nuestro niño interior y jugamos. El juego es una de las formas más primitivas de terapia. Cuando hablo de crear, no es necesariamente pintar como los maestros de la historia de arte, hablo de ser niños nuevamente, y transportarnos a ese momento en que las reglas y las normas dictadas por la sociedad no existían, creábamos porque nos hacía sentir bien.

Crear expresivamente puede hacerse de distintas maneras, como pintar, dibujar, crear collages, crear con barro, bailar libremente, cantar, escribir, cocinar y así muchas otras cosas más.

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Cuando el mundo se convierte en un área de juego, puede ser muy divertido. Cuando el mundo es una escuela, tenemos que aprender lecciones, prestar atención y hacer lo correcto. No hay manera incorrecta o correcta de ver el mundo. En resumidas cuentas, tener un balance entre juego y escuela, es la clave de cómo llevar nuestro diario vivir. Es bueno dejar el control…aunque sea por unos minutos.

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A continuación algunos ejercicios que podemos hacer:

1-Pintar de manera espontánea e intuitiva es la mejor manera de expresar lo que sentimos. La pintura intuitiva es una invitación a aceptar lo que pintamos ... Incluyendo desorden, franjas de color, imágenes detalladas, precisión, con significado, sin sentido, rápido y sucio, o lento.

Sentirse bien, sentirse mal, sentirse atrapado. Pintar cuando estás inspirado o cansado o enojado o feliz o agitado y confundido. Todas estas formas de pintar, son bienvenidas.

En un papel en blanco o rehusado, tela o cualquier superficie, comienza a pintar lo primero que sientas,

seleccionando los colores que llamen tu atención. Puedes pintar con acuarela, pintura, crayones, o hasta con tierra.

Preguntas para hacer cuando estés pintando:

1- Qué pintaría si mi pintura no tuviera que verse bonita?

2- Qué pintaría si la pintura no tuviera que hacer sentido?

3- Qué pintaría si esta pintura no cuenta?

4- Qué pintaría si pudiera ser totalmente libre?

5- Qué pintaría si no existieran las reglas?

6- Qué pintaría su pudiera pintar algo extraño o diferente?

7- Qué pintaría si pudiera relajarme o ser espontáneo?

8- Qué pintaría si el resultado no importara?

9- Qué pintaría si pudiera jugar libremente con la pintura?

10- Qué pintaría si no existieran los errores?

11- Qué pintaría si no me importara el caos o el desorden?

12- Qué pintaría si pudiera pintar con mucho detalle y atención?

13- Qué pintaría si fuera un niño bien pequeño?

14- Qué pintaría si pudiera pintar super rápido?

15- Qué pintaría si hubiera mil pinturas en mi mente y solo esta es una de ellas?

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Si no sabes que pintar, comienza pintando un punto y déjate llevar. Pintarás por el proceso y no por el resultado. Lo verdaderamente importante en cualquier acto creativo es el proceso de expresarte. Las experiencias creativas te pueden ayudar a expresar y manejar tus sentimientos. Confía en el proceso creativo, despeja tu mente, crea y juega. Da rienda suelta a tu imaginación, todos tenemos el poder de crear. Se trata del proceso, no del resultado.

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2- Garabato

Garabatear es dejar que las energías contraídas o reprimidas dentro de ti se desarrollen y se expresen para liberar tu creatividad. No hay manera de salir mal. Puedes hacerlo con tu mano que no es dominante para soltar el control. Garabatea, luego busca una forma y coloréala.

Puedes también bailar el garabato. Al ritmo de la música, mueve tu cuerpo y haz un garabato que refleje el movimiento. Bailar y movernos calma la ansiedad.

3- Escribir continuamente

Simplemente toma 1 pedazo de papel y un lápiz, y luego escribe lo que se le ocurra hasta que la página esté llena. El objetivo es escribir sus pensamientos en tiempo real a medida que se desarrollan. Simplemente escriba lo que se le ocurra, incluso si es algo tan simple como "No sé qué escribir en este momento". Al practicar este ejercicio, estás descargando pensamientos y liberando tu mente para estar más concentrado, tranquilo y en el momento durante todo el día, por lo que puede ser un antídoto perfecto para todo tipo de pensamiento excesivo.

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4- Collage intuitivo

En un papel en blanco, pega laminas o figuras que llamen tu atención, pueden ser hojas o flores, recortes de periódico, recortes de revistas, cualquier cosa que llame tu atención. Luego de tener las imágenes puedes pintar alrededor de ellas y escribir frases que vengan a tu mente con esas imágenes. El collage intuitivo proporciona una "liberación simbólica" de emociones, incluso si aún no estás

consciente de lo que son. Libera nuestra mente.

4-Dibujar, o hacer formas con la mano no dominante.

La Dra Capacchione propone que escribir y dibujar con la mano no dominante provee más acceso a funciones del lado derecho del cerebro como, sentimientos, intuición, espiritualidad y creatividad. Esta técnica, cuando se explora mediante artes visuales, provee una forma espontánea de expresión que ayuda al individuo a dejar atrás el control y juzgar el resultado final creativo, también nos invita más al juego.

Estos son algunas de las cosas que podemos hacer, pero hay muchas otras, al final, se trata de hacer algo que nos haga sentir bien y nos lleve a sacar nuestro niño interior.

Les envio un fuerte abrazo!!!

Your Inner Child

Last week a let free my Inner Child….literraly.  Like I’m doing now, writing in Eanglish, when some of you are asking why? since almost always I write in spanish…the answer is why not?

For my corporate day job, I had to do a costume with the theme "Imagination"…and all I could think about was my inner child.  The child that use to play and don’t think about what other thinks, the child that played with crayons and tempera for hours, painting color combinations in an abstract way.

So, my Inner child was free, and I documented it in my costume.

I like this article I found about your Inner Child....

Say These 7 Things to Heal and Nurture Your Inner Child

1. I love you.

As children, a lot of us believed that we needed to accomplish goals—get good grades, make the team, fill our older siblings’ footsteps—to be lovable.

We may not have had parents who told us we deserved love, no matter what we achieved. Some of us may have had parents who considered showing love and tenderness to be a sign of weakness. But we can tell ourselves that we are loveable now.

Say it whenever you see yourself in the mirror. Say it in any random moments. Love is the key to healing, so give it to yourself.

2. I hear you.

Oftentimes when we feel hurt, we push down our feelings and try to act strong. For a lot of us, this stems from childhood, when we frequently heard, “Quit your crying or I’ll give you something to cry about.”

But those feelings don’t just go away. They fester inside of us, affecting the choices we make as adults until we make the conscious effort to hear them.

I never acknowledged that I felt abandoned when my mum left, but I did, and I carried that into my adult relationships. To heal, I had to acknowledge how her leaving affected me. I had to give a voice to all the pain I stuffed down back then.

Instead of suppressing the voice of your inner child, say, “I hear you. We’ll work through it. It’s going to be okay.”

3. You didn’t deserve this.

As children, many of us assumed that we deserved to be abused, shamed, or abandoned. We told ourselves that we were a bad kid, that we did something wrong.

But that’s simply not true. In many cases, the people who wounded us simply didn’t know any other way. Perhaps my mum was beaten as a child, so it was the only way she knew how to parent her daughter.

A child is innocent and pure. A child does not deserve to be abused, shamed, or abandoned. It’s not the child’s fault, and though we may not have had the capacity to understand this then, now, as adults, we do.

4. I’m sorry.

I’ve always been an overachiever. I considered slowing down a sign of weakness.

Not too long ago, I was constantly stressed about not doing enough. I couldn’t enjoy time with my kids because I’d be thinking about work.

One day it dawned on me that since I was a child I’d been pushing myself too hard. I never cut myself any slack. I would criticize myself if I simply wanted to rest. So I told my inner child I was sorry.

She didn’t deserve to be pushed so hard, and I don’t deserve it now as an adult either.

I’ve since allowed myself a lot more downtime, and my relationships with my loved ones have improved as a result.

5. I forgive you.

One of the quickest ways to destroy ourselves is to hold on to shame and regret.

The first night my mum returned home when I was fourteen, she asked to sleep with me. We only had two beds at that time, one for me and one for my dad. I couldn’t fall asleep, and I kept rolling around. Then all of a sudden, my mum blurted out, “Stop moving, you *sshole!”

The next day, I put a sign on my door that read “No Unauthorized Entry” to prevent her from coming in. My mum left again. Then, a few days after, my dad told me that they were getting a divorce (after being separated for eight years).

I thought it was my fault. Why did I have to roll around and so childishly put up a sign?

But now I know that their divorce wasn’t my fault. And I forgive myself for anything I could have done better. I was only a kid, and like everyone, I was and am human and imperfect.

6. Thank you.

Thank your inner child for never giving up, for getting through the tough moments in life together with you with strength and perseverance.

Thank your inner child for trying to protect you, even if her way was holding on to painful memories.

Your inner child doesn’t deserve your judgment. S/he deserves your gratitude and respect.

7. You did your best.

As a child, I always tried to outperform, to overachieve, to meet someone else’s standard, to be “perfect.”

I was always demanding and cruel to myself, and no matter how well I did, I never felt it was good enough.

But I did the best I could at the time, and you did too. We’re still doing the best we can, and we deserve credit for that.

When we let go of perfection, the fear of failure recedes. Then we can allow ourselves to experiment and see how things unfold.

What is the one thing you most want to say to your inner child today?

By Lucy Chen